El 26 de junio
de 1954, muere en el mundo una vida por cierto no muy común. Una existencia que merece ser conocida,
digna de ser sacada a la luz.
En Ghazir,
al Norte de
Años de Seminario
Como Terciario
recibe el nuevo nombre de Fray Santiago, desde este
momento un propósito templa su espíritu, “entré aquí vivo, no saldré sino
muerto”.
Signos de alegría, sumisión, obediencia eran
las características de su primera etapa de consagrado, unidos estos a una
fuerte caridad hacia los demás.
El 14 de abril de
Tenía tantos deseos de ser sacerdote que “le demandaba a Dios
me ofreciera
Al tener un accidente por el cual casi pierde la vida, exclama: “Se
me concedió una nueva vida. Decidí usarla a Su servicio hasta el fin, con
fidelidad”.
Apostolado de los
Colegios
La obediencia
ofrece al Padre Santiago un nuevo encargo que tendrá que ver con su apostolado:
la dirección y fundación de escuelas a través del Líbano. Hay 163 escuelas,
algunas de ellas con serios problemas. Recorría a pie casi diariamente de
Ocupa
el primer lugar en esta misión la atención espiritual a través de las confesiones,
catequesis, retiros, organiza las fiestas de las Comuniones...
Tradujo para los catequistas, del francés al árabe popular, cinco fascículos
para mejorar la calidad de la enseñanza. Para la inauguración de la imponente
imagen de Nuestra Señora del Líbano, donde los Misioneros Libaneses Maronita,
organiza la peregrinación de los niños “estaban allí alumnos delegados de
130 escuelas, acompañados de sus profesores eclesiásticos y seculares. Vienen
en nombre de 6000 compañeros, a poner a los pies de Nuestra Señora del Líbano
sus oraciones, sus cantos, su amor y su reconocimiento”.
Institución de
Queda encargado de
dirigir y promover
Alma de escritor
Crea una revista,
portadora de la voz de
Cronológicamente ha escrito:
El Misterio de Navidad,
Un sueño hecho realidad
En el año 1919 reemprende el
proyecto que había madurado en su mente y que por la situación política había
quedado postergado... ofrecer un lugar para las convenciones de
La reunión de la fraternidad
que se realizó en el año 1923 fue
verdaderamente un triduo de oración y adoración, noche y día las delegaciones
de todos los pueblos se turnaban para
Un corazón sacerdotal
Una Hermana de Bensanzone cuenta que al Padre le habían pedido de ocuparse
de una niña huérfana. Acepta el encargo y va con una religiosa, la cual la
conduce al hospital. Allí encuentran un hombre que le habla, mientras tanto se
da vuelta y le dice a
Otro día visitando
un hospital, ve a un sacerdote que se había vuelto loco, lo tratan bastante mal.
Padre Santiago se acerca a él y le pide la bendición. Una tercera vez quiere
confesar a un sacerdote, que se encuentra en un hospital de Beirut. Entra y ve
a dos hombres ancianos de larga barba, se avecina al primero y le dice: ¿Me
has pedido confesión? No Padre, quizás es mi compañero. Era exactamente su
vecino, un viejo sacerdote monje apóstata, ahora arrepentido, rojo del dolor y
abandonado en el remordimiento y en el desánimo: “Ninguno se ocupa de mí, no puedo cumplir mis deberes religiosos, se
podría decir que no soy más sacerdote. Es imposible ir a la iglesia para
celebrar
Esa tarde el Padre cantó el Te Deum, había
encontrado el punto de partida para lo que Dios le pedía realizar.
Vale la pena contar
el testimonio de una religiosa que trabajó cercana al Padre: “cada vuelta que el P. Santiago
salía de
Mucho más por realizar
En torno a la nueva obra
varias colaboradoras terciarias se van agrupando para prestar la ayuda
necesaria, el grupo tenía horarios, oraciones y vestían un hábito. Luego de
algún tiempo, estas jóvenes comenzaron la experiencia, bajo la guía del Padre
Santiago de formar un Congregación religiosa, la cual es autorizada por el Nuncio Apostólico Mons. Giannini bajo el
nombre de Hermanas Franciscanas de
Después de 10 años,
en 1940 presento las constituciones a
Padre Santiago se sentía muy ligado a la
ciudad de Deir el Kamar:
“He visto en esta pequeña ciudad el cementario de los
mártires del 1860 en pésimo estado. He pensado de recolectar dinero para eregir un monumento como
El gobierno le renta una casa que será más tarde casa de ancianos.
Un amor sin límites...
La obra que había
comenzado con los sacerdotes se extiende también a los enfermos,
discapacitados, pobres... el amor todo lo abarca... En 1939 escribe a su
Provincial: “Esta
familia comprende al presente 348 personas a los cuales se le suma los 72
huérfanos de Deir el Kamar,
lo que hace un total de 420. Este pequeño mundo, querido padre, puestos a los
pies de la cruz no sabe más que una cosa: sufrir y rezar. Se sufre rezando y se
reza por aquellos que no saben sufrir”.
Seis
meses antes de morir en una carta al cardenal Tisserand
escribe, año 1953: “Son ya 150
Hermanas que sirven a más de 1000
enfermos, es un pequeño ejército compuesto de diferentes religiones, marchamos
todos, hermanas y enfermos, al cielo. Si el diablo logra atrapar un alma, es
verdaderamente una excepción”.
Sin fronteras....
El ministro druso Jomblat, en su entrevista con el Presidente del Líbano le
comenta: “He encontrado un santo y quiero prodigarle toda mi ayuda”.
La comunidad musulmana está siempre dispuesta a ayudar a la obra del Padre
Santiago, un ministro de gobierno visita la obra en el 1942: “He visitado el
asilo de
El Pastor protestante
David Oliver, en una carta: “De mi lecho de dolor, he pensado en su gentil
visita, en el amor y afecto que porta con Ud. Quiero
escribirle para agradecerle, y decirle cuanto he apreciado su bondad y la
fatiga que le he causado por tan largo viaje que ha tenido que realizar para
verme en mi lecho de enfermo. Muchos habían venido a saludarme también de lejos
pero ninguno me ha conmovido tanto el corazón como su visita, no solo por la
distancia sino por el espíritu en el que ud vive, por
las cosas en que trabaja... porque esto da importancia a la vida y estoy seguro
de la bendición que porta con Ud, por lo tanto
queridísimo amigo... tiene un lugar en mi corazón.”
Por su espíritu y sus obras es
distinguido por el Gobierno de su país. En 1938 recibe
Bendecido constantemente por
la presencia de cruces en su vida, entre ellas las múltiples enfermedades que
tuvo que sufrir: insomnio, eczemas, pérdida de la vista, por último la
leucemia. “Me parece que arribo yo también al término de mi viaje. A pesar
de todo, no me canso de trabajar y la obra continúa”.
Escribe en otra carta a su
primo, seis meses antes de su muerte: “El tiempo pasa y también nosotros. El
1 de febrero entro en los ochenta años. Creo que el Buen Dios a estos años de
vida se dignará escucharme y me hará partir a la eternidad. Que se haga Su
Voluntad. Lo importante es estar preparado”.
Al recibir la
noticia de la leucemia, y al encontrar a
“No las dejaré solas, no tengan
miedo. Si uno pasa de una habitación a la otra ¿ha por esto abandonado a los
suyos y cesado de ayudarlos? Yo iré al cielo a protegerlas. Es Él quien me
alienta y reconforta. ¡No tengan miedo!”.
El sábado a la mañana, 26 de junio, Padre Santiago se siente muy mal.
Durante la noche se hace leer pasajes de la vida y muerte de Santa Rita de Cascia, y reza
ininterrumpidamente jaculatorias. Pide
La noticia de su muerte se difunde rápidamente por todo el Líbano, 20000
personas acuden a su funeral.
Vale la pena el Comentario del L’Osservatore
Romano: “Al lado de la figura austera del Padre Charbel Malkhlouf
hay un nuevo rostro de religioso, sereno y enmarcado en una barba hierática;
“el franciscano constructor”. Aquellos que tuvieron el privilegio de asistir,
el 26 de junio pasado, a sus últimos instantes, no pudieron sino pensar: así
mueren los santos”.
El 27 de septiembre de 1960, tuvo
lugar la introducción oficial de la causa de beatificación del Siervo de Dios.
En un mundo que cada vez se aparta más de Dios, la figura del Padre
Santiago, es un ejemplo para nosotros peregrinos del naciente siglo XXI, es señal de que Dios todo lo puede, predicar a Cristo a través del signo de la
caridad es el mejor lenguaje de todos los tiempos... cerremos esta fascinante
vida con las palabras del mismo protagonista: “La caridad
... es este mi testamento. Es este el secreto de vuestro éxito y de
vuestra perseverancia...”.
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